Siempre supe que quería ser madre.
Fui esa amiga que estuvo cuando otra abrió el camino de la maternidad a los 19 años. La que sostuvo sin juzgar. La que acompañó buscando sentido. Y cuando llegó mi momento, rodeada de amor y apoyada por mi compañero, empecé a ver con más claridad algo que me dolía: la poca confianza que muchas mujeres tienen en sus cuerpos, en sus decisiones, en su sentir profundo.
Vi cómo se sometían a lo patológico, a voces externas, a indicaciones frías sobre lo que “debía” ser.
También vi que otro camino era posible.
Tuve a mi hija en un parto natural, luminoso, reído y sostenido. Fue en el Hospital del Mar, en Barcelona, en 2004. Estuvieron allí mi madre, mi amiga, mi pareja. Cada uno a su manera, sosteniendo mis deseos, mis tiempos, mi cuerpo.
En la crianza descubrí la palabra "doula", pero mucho antes de saber su nombre, ya la había vivido.
Mi amiga fue esa presencia discreta y disponible que me ayudó a buscar información, me abrazó en la duda y me acompañó en la certeza.
Ahí entendí que acompañar no era decir qué hacer, sino estar disponible para que la otra encuentre su propio camino.
Entonces, me formé con Michel Odent, Liliana Lammers, Laura Gutman, y otros muchos profesionales; comencé a acompañar familias y a facilitar formaciones para otras mujeres que, como yo, sentían ese llamado.
Hoy, después de 18 años, sigo con el mismo fuego en el corazón.
Sigo creyendo que recuperar EL VALOR DE LA MATERNIDAD es urgente y profundamente transformador.
Que podemos transitarla desde la armonía, desde la comprensión, desde la presencia.
Por eso nació Mujer, Madre, Magia.
Como un espacio de encuentro real. Un tejido de voces, cuerpos, historias y decisiones.
Un lugar donde recordar juntas que no estamos solas. Que acompañadas es más fácil. Más liviano. Más humano.
Si sientes este llamado, si algo de esto te vibra, si quieres mirar tu historia con otros ojos, te invito con todo mi corazón a ser parte.
Quiero abrirme para que te abras. Quiero compartirme para que compartas.
Porque cuando una mujer se atreve a ser con otras, algo se enciende y ya no se apaga.
Te espero. Con amor, Florencia.